viernes

Soñando despiertos


“¡¡¡Buenos días, princesa!!!”. Esa es la bienvenida a la vida que le da Guido Orefice a su mujer Dora cada mañana. Y son tan sólo esas tres palabras las que pueden hacer que un mal día se convierta en uno de los más inolvidables, de los que al recordarlos se te pinta sola una sonrisa en la cara.

Así es cómo, cuidando cada detalle que le rodea, consigue que las que las personas a las que quiere sean felices. Roberto Benigni afronta la realidad que le envuelve, que tuerce y retuerce su vida. Situados en Italia, unos años antes de que comience la Segunda Guerra Mundial y en pleno holocausto judío, Guido llega a un pequeño pueblo de la Toscana. Allí se enamora, y consigue enamorar a Dora, una profesora que estaba comprometida con el fascista Ferruccio. Y Guido y su familia son empujados por el cruel riachuelo de la vida, que aunque los sacuda una y otra vez no consigue volcarlos. Plantados en un campo de concentración, Guido hace lo imposible para que su pequeño hijo no sufra la terrible situación en la que se encuentran. Con humor, ingenio y un espíritu intransigente envidiable, el protagonista consigue envolver a su hijo en una burbuja que convierte una pesadilla en un juego infantil.

Galardonada y alabada por críticos de todos los países, La vida es bella ha conseguido enamorar hasta a los más detractores de Roberto Benigni. Habra quien diga que es una película poco realista, que no refleja realmente el drama y la crueldad a la que se sometian los reclusos del campo. Pero como bien recuerda el director, guionista y protagonista del film, se trata de una historia de amor, no de un documental histórico.

Siguiendo la trayectoria de este excelente director, podemos ver como existen en él mensajes que se manifiestan, de un modo u otro, en todas sus creaciones fílmicas. El poder del amor por encima de todo, como camino a la felicidad, queda patente en esta historia que demuestra que hay que mantener la esperanza y que ante las adversidades hay que continuar sonriendo. Todas las ideas que son tachadas como utópicas se hacen reales y posibles. Se convierten en verdad en el momento en que nosotros queramos que sea verdad. Así lo dice Schopenhauer en su obra El mundo como voluntad y como representación. Benigni, influenciado notablemente por este autor (pues lo menciona incluso durante la película mientras intenta conciliar el sueño) lo toma como base de su filosofía de vida: la voluntad del ser humano es, por encima de todo, la que crea las cosas y hace que existan.

La capacidad del cineasta para desdramatizar una historia horrible sólo por amor a su hijo es un ejemplo a seguir, aplicable en nuestro día a día. ¿Cuántas personas se quejan continuamente de la vida que llevan, de lo desgraciados que son? Guido se mantiene por encima de sus duras circunstancias.

La película consta de una genialidad y agudeza cinematográfica que sorprenden y divierten al más pintado. Secuencia tras secuencia se puede observar a unos intérpretes que bordan los papeles asignados y a una realización que trasmite calcada las ingeniosas ideas de Benigni. Cabe destacar el papel de Nicoletta Braschi, la actriz que hace de Dora. En otras películas como El monstruo también da brillo al papel que se le asigna de coporotagonista, en este caso, de detective que se tiene que ligar a un supuesto psicópata (Benigni) para detenerlo. También en El tigre y la nieve, a pesar de pasar gran parte del film en estado de coma, destaca por su gran capacidad de intérprete. Quizás sea el hecho de que en la realidad sea esposa de Roberto Benigni lo que haga que cada mirada, cada palabra que se crucen desprenda sensaciones casi palpables.

El primer detalle notable que muestra la metamorfosis Benigniana del horror al humor sería la ‘lista negra’ de clientes que realizan Guido y su hijo Josué como contrapartida a un cartel visto en un comercio que prohibía la entrada a judíos. “la lista de Guido”, que hace clara referencia a la lista de Schindler, prohibiendo la entrada a su librería a los visigodos y a las arañas, entre otros.

Con más o menos críticas negativas, todavía no conozco a nadie que no le haya dado (mínimo) un aprobado a esta espectacular película que no deja indiferente a nadie. Con un guión, diálogos y detalles perfectamente cuidados, Roberto Benigni muestra una vez más como se puede suplantar el vació de los efectos especiales y demás “gastos extra” en la producción con mensajes e ideas que son seguro más especiales que todos esos efectos juntos. Los aspectos formales y de producción están al mismo nivel que los valores que trasmite la película, tanto a nivel implícito como explicito.

El resultado final es una obra que difunde una filosofía de vida que podría marcar un antes y un después en la vida de los amantes del amor, que se quieran dejar impregnar por un humor que difunde y contagia a quienes rodea.

2 comentarios:

  1. ¡¡¡La adoro!!!
    Mi móvil suena con su banda sonora casa día ;)

    Tantas películas que se hicieron antes sobre el tema, y esta es totalmente diferente.

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  2. benigni! uno de los mayores artistas de cine que conozca (y no porque es de mi paísXD). Consigue siempre tratar los temas con 1 mescla de dramaticidad e ironia, sin caer en la banalidad y dejando un raro sabor en la boca del espectador....UN MITO!

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